Mientras le gritas a tu mujer, hay un hombre deseando hablarle al oído.
Mientras humillas, ofendes, insultas y degradas a tu mujer, hay un hombre cortejándola y recordándole que es una gran mujer.
Mientras pegas a tu mujer, hay un hombre deseando hacerle el amor.
Mientras haces llorar a tu mujer, hay un hombre que le roba sonrisas.
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